El VMOS ya está en realidad en marcha. El tramo 1 va desde Loma Campana, en el corazón de Vaca Muerta, hasta la estación de bombeo de Allen y según detallaron desde YPF, este tramo que demandó una inversión de 200 millones de dólares, estará terminado en enero.
En ese mismo mes comenzará el tramo 2 que es el corazón mismo del proyecto, ya que no solo demandará una inversión -sin contar su financiamiento- de 2.528 millones de dólares, sino que se trata del oleoducto más grande que tendrá el país, con 30 pulgadas en sus caños, sino que además recorrerá 440 kilómetros hasta Punta Colorada en donde se montará una playa de tanques y el puerto con dos monoboyas para cargar barcos del mayor tamaño del mercado: hasta 2 millones de barriles cada uno.
La obra ha tenido tres buenas noticias en las últimas semanas. La primera es que se logró acotar dos meses el plazo de ejecución del primer tramo, la segunda es que gracias a la competencia de diseños del tramo 2 se logró abaratar el resto de la obra en 500 millones de dólares.
“Con el trabajo que hicimos desde que llegamos, ahorramos uno 500 millones de dólares y bajamos los plazos de construcción del proyecto”, aseguró el CEO de YPF, Horacio Marín, al respecto.
Una nueva empresa, con siete socios
La tercera buena noticia es la más importante: ya son siete las petroleras que se comprometieron a participar de la iniciativa con un pedido de espacio en el caño que ya superó todas las expectativas, dado que con una capacidad que se preveía inicialmente en 350.000 barriles por día, hoy el nivel de demanda es de 520.000 barriles diarios.
Estas siete empresas formarán una nueva sociedad (SPV por su sigla en inglés) que será la que lleve adelante tanto la obra como las exportaciones iniciales, hasta tanto recupere el capital invertido y pase a cobrar solo una tarifa de transporte.
Lógicamente, está integrada por YPF, que junto a Pluspetrol se estima que tendrán un peso de casi el 50% del share de la nueva firma, teniendo en cuenta los activos que esta segunda firma acaba de adquirir a ExxonMobil.
Las otras cinco petroleras que ya se subieron al barco del proyecto son Vista la firma de Miguel Galuccio que es la segunda productora del petróleo de Vaca Muerta; Pan American Energy (PAE) la segunda productora más grande del país; Pampa Energía de Marcelo Mindlin que apuesta ahora también al crudo de Vaca Muerta; y dos internacionales: Chevron y Shell.
Estas firmas son por ahora las únicas integrantes del proyecto, ya que por un lado se desistió de la participación de la compañía norteamericana especializada en midstream (transporte) Energy Tranfer, en función de la alta tarifa que esperaba aplicar.
Pero además, el proyecto contempla sumar socias de «tipo B», firmas que soliciten una capacidad de carga relativamente baja, ya sean productoras de menor peso de Vaca Muerta o bien firmas del segmento del convencional.
El libro de socios no está cerrado pero la obra ya comienza a rodar, dado que el viernes pasado fue presentada ante Nación para acceder a los beneficios del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), convirtiéndose así en el primer gran proyecto presentado al plan que promete facilitar el acceso al financiamiento internacional que se busca sea del 70%, es decir de unos 1.800 millones de dólares.
“El proyecto VMOS ya se presentó al Régimen de Incentivos para grandes inversiones y se convirtió en el primer proyecto de la industria del oil&gas. Este es uno de los proyectos de infraestructura privado más importantes de la Argentina de los últimos 20 años”, detalló Marín.
La obra tuvo esta semana la primera gran definición, al adjudicarse a Tenaris la compra de los caños del futuro oleoducto por 180 millones de dólares, que no ingresan dentro de este paraguas de incentivos de RIGI.
Pero sin dudas, la gran definición estará la semana que viene cuando las siete socias que tiene esta nueva compañía definan al ganador de la licitación por la construcción del oleoducto y el puerto.
El cronograma del megaproyecto contempla que las exportaciones comenzarán en el tercer trimestre de 2026 con un volumen inicial de 180.000 barriles por día. Ya para inicios del 2027 la red deberá estar transportando y exportando 390.000 barriles diarios, un nivel que representa más de la mitad de la producción que hoy tiene el país.
Pero la obra se construirá para poder exportar 550.000 barriles por día, sin la necesidad de ampliarla, ya que de ser necesario se podrá llegar a los 770.000 barriles por día, que es la capacidad máxima que tendrán las dos monoboyas y el oleoducto que las conectará de forma subterránea.
De llegarse a tal volumen, las exportaciones de petróleo tan solo por este puerto representarán 20.000 millones de dólares al año, una cifra que equivale a la mitad de las exportaciones del complejo agrario de la Pampa Húmeda, pero que también implica que Vaca Muerta deberá más que duplicar su producción para permitir que el país tenga una producción de 1,5 millones de barriles diarios.
La gran ventaja de este megaproyecto es que al permitir el ingreso de buques más grandes, el costo del flete se abaratará entre dos y tres dólares por barril. “El proyecto VMOS convertirá a la Argentina en uno de los principales exportadores de la región y aportará divisas y trabajo al país», planteó Marín.
El oleoducto VMOS generará un cambio radical en Río Negro, al no solo crear el mayor puerto exportador de petróleo del país, sino al abrir el escenario para los futuros proyectos de GNL en la misma región.
Según se supo, ya se licitaron los trabajos de suelo y anillado de hormigón para la playa de tanques de Punta Colorada que comenzarán a ejecutarse, como anticipó Energía On, en enero, dado que hacia abril o inicios de mayo se espera comenzar el montaje de los tanques en sí.
La mayor parte del equipamiento se espera que sea recibido en el puerto de San Antonio Este no solo por su cercanía, sino por la poca actividad que registra en esas fechas, a diferencias de los puertos de Chubut.
En tanto que en la estación de bombeo de Allen se creará una cabecera donde además se montarán dos enormes tanques de acopio de 55.000 metros cúbicos cada uno, para poder despachar desde allí tanto a Punta Colorada como a Puerto Rosales.
Y en esta etapa inicial del proyecto, la red se complementará con una estación de bombeo en Chelforó, que es el punto desde el cual el oleoducto partirá en línea recta hacia Punta Colorada.
“La magnitud de este proyecto lo convierte en trascendental para la Cuenca Neuquina. Este ducto permitirá más que duplicar la posibilidad de evacuación de petróleo de Vaca Muerta”, cerró el CEO de YPF.