El ejecutivo también mencionó que una eventual baja sostenida del precio del crudo puede traducirse en una oportunidad para renegociar costos con los proveedores de servicios. “Van a bajar los precios de los desarrollos. Las compañías de servicios realmente me van a dar bola”, dijo. En su visión, ese fenómeno puede reducir los costos unitarios y permitir que los proyectos avancen con mayor eficiencia una vez que se estabilice el escenario de precios.
En cuanto al modelo operativo de YPF, Marín explicó que la compañía persigue una estrategia de largo plazo para multiplicar por cuatro su valor bursátil en cuatro años, plan que denomina “cuatro por cuatro”. Esa hoja de ruta contempla, entre otros objetivos, la eliminación de los cuellos de botella en infraestructura, la optimización de procesos mediante real time operations y una apuesta firme al gas natural licuado como vector de exportaciones.
Durante la entrevista, Marín señaló que YPF perforó apenas un 10% de sus pozos disponibles en Vaca Muerta y que la compañía cuenta con más de 10.000 pozos por desarrollar, lo que implica un potencial de inversión superior a USD 200.000 millones. Subrayó que el plan de expansión incluye a toda la industria, no sólo a YPF, con la meta de alcanzar exportaciones energéticas por USD 30.000 millones anuales hacia 2030.
El CEO de YPF también mencionó proyectos de infraestructura claves, como el oleoducto Vaca Muerta Sur, que calificó como el mayor desarrollo realizado en Argentina sin intervención directa del Estado. Destacó que el consorcio encargado de la obra incluye a YPF con un 27% de participación y que la inversión total asciende a USD 3.000 millones. Este proyecto busca resolver el problema logístico generado por la concentración productiva en Neuquén, que reemplazó a otras regiones productoras y convirtió a la provincia en un cuello de botella para la evacuación del crudo.
Sobre el futuro del gas natural licuado, Marín señaló que YPF trabaja en tres iniciativas. La primera, en conjunto con Pan American Energy, Pampa Energía y Harbour Energy, contempla la construcción de dos barcos licuefactores con una capacidad de 6 millones de toneladas. La segunda, con Shell, ya cuenta con compradores garantizados. La tercera se encuentra en fase de negociación con otra súper mayor del sector. Según Marín, durante el próximo año todas las decisiones asociadas a esos proyectos estarán definidas.
Frente a la expectativa de los consumidores respecto de posibles bajas en el precio interno de los combustibles, Marín indicó que YPF utiliza un esquema de promedio móvil para suavizar los movimientos. Explicó que, al no estar acostumbrado a precios que cambian diariamente, el mercado local requiere de ajustes mensuales que eviten picos bruscos. Según dijo, si el valor del barril se mantiene en niveles bajos durante varios meses, eso se va a reflejar progresivamente en los precios de la nafta.
Por último, Marín aseguró que no recibe directivas del Gobierno sobre cómo gestionar YPF y agradeció que el presidente y su equipo le otorgaran autonomía para operar. Afirmó que ese respaldo le permitió implementar los cambios estructurales que hoy sostienen la rentabilidad de la empresa incluso en condiciones adversas del mercado internacional.